LAS MONJAS CISTERCIENSES DE BRIHUEGA HACE YA MÁS DE UN AÑO QUE CERRARON SU CONVENTO DE SANTA ANA, LLEVABAN MÁS DE CUATROCIENTOS EN EL MUNICIPIO

Las monjas cistercienses del convento de Santa Ana de Brihuega abandonaron la localidad briocense en el mes de julio de 2021, tras más de 400 años en este lugar. Pero lo hicieron, recibiendo el homenaje del pueblo briocense, al que se sumó una misa oficiada por el obispo Atilano Rodríguez.
La pandemia fue el punto final que ha marcó la marcha de estas monjas de clausura a una casa asistencial de Madrid, debido a sus grandes dimensiones, para las pocas monjas que quedaban empezaba a ser más una carga que un lugar para la oración y el recogimiento.
"Nos hemos resistido lo que hemos podido, pero ya saben lo que hemos sufrido últimamente con el COVID. No hemos tenido más remedio, pero os llevaremos a todos en el corazón". Con estas palabras mostraba la madre abadesa, Sor Isabel, el sentido de las cuatro longevas hermanas que han pasaron la pandemia entre estas cuatro paredes, recibiendo todo el apoyo del pueblo cuando lo han necesitado.
Las monjas del Jardinillo, como les gustaría que se las recordase en su marcha, ya que el convento que primero las acogió estaba en la Plaza del Jardinillo, siempre se sentirán de Brihuega, y el mismo calor humano muestran gran parte de los vecinos del municipio, que viven con añoranza su partida.
El Ayuntamiento, organizó un acto de despedida en el que se descubrió un tótem en reconocimiento y recuerdo a las monjas del convento de Santa Ana y a la presencia de esta comunidad en el municipio alcarreño.
En los últimos años han sido varios los conventos de clausura de la provincia de Guadalajara que se han visto obligados a echar el cierre. Uno de ellos, el de Molina, cuyas monjas se trasladaron a Soria, y más recientemente, el de Cifuentes, cuyas hermanas se marcharon también al convento de Sigüenza