LA “SUBIDA” DEL ENCIERRO DEL 16 DE AGOSTO DE BRIHUEGA HAY QUE VIVIRLA PARA SENTIRLA

17.02.2023

El encierro de Brihuega del 16 de agosto, para la mayoría de brihuegos es mucho más que un encierro, es "SU ENCIERRO".

La tradición de correr toros en Brihuega se remonta varios siglos atrás; se tiene constancia de que en 1530 el Ayuntamiento multó a la cofradía de la virgen del Remedio por correr un toro el día de su fiesta. De manera que podemos asegurar que el encierro de Brihuega es uno de los más antiguos de España, está declarado Fiesta de Interés Turístico Regional desde el año 2009.

El encierro del 16 de agosto, se podría decir que por sus peculiaridades, es posiblemente el de mayor duración de cuantos se celebran en el territorio patrio, ya que en la práctica se trata primero de un desencierro, al soltar los toros de la plaza de toros por las calles del pueblo, hasta los llanos de la alcarria, mención especial de este recorrido para la calle de las Armas, refugio de aficionados que ya van entrando en esa etapa previa a su jubilación como corredores.

Una vez en la alcarria con todos los toros y cabestros que han podido aguantar el ritmo, hay que retenerlos hasta el anochecer para ya bajarlos al paraje conocido como la Boquilla y tenerlos en el campo hasta aproximadamente las dos de la madrugada del día 17, para hacer ahora sí el encierro propiamente dicho conocido como la "Subida", con el ganado que se haya podido reunir por la tarde del 16, tratando de encerrar a los toros en los corrales preparados al efecto en la iglesia de San Felipe, para a las doce de la mañana del 17 proceder a la "Bajada" a la plaza de toros de donde salieron el 16 por la tarde.

La madrugada del 16 al 17 de agosto es especial tanto para los que esperan en el pueblo la subida de los toros como sobre todo para los que están acompañando el ganado en la Boquilla esperando junto con el ganadero iniciar la subida hacia las calles del pueblo.

Esta es la parte del encierro que más nervios y más emociones produce, ya que no es lo mismo bregar con los toros de noche que de día, y la que más sentimientos provoca en los corredores, porque además recae en ellos, junto con los jinetes parte del éxito de la Subida, algunos años se ha dado la vuelta todo el ganado en las mismas puertas del pueblo teniendo que trabajar duro los corredores de a pie para, tratar de reconducir al recorrido urbano al menos, algún astado para "salvar" la Subida.

Mientras todo esto ocurre por el campo, en el pueblo el tema de tertulia, durante la espera para la entrada de los toros en el recorrido urbano, no es otro que tratar de conocer, si están todos los toros recogidos, si se ha escapado alguno y por donde puede estar, si se adelanta la Subida, si se atrasa.

Es cierto que con la irrupción de los móviles ha perdido algo de encanto esta noche, ya que las noticias suelen ser más certeras que antiguamente, pero lo que no ha perdido nada de la magia de antaño es la que disfrutan y sienten esos corredores y los jinetes que sujetan a toros y cabestros en la Boquilla, para intentar encerrar a los toros en los corrales de San Felipe, para dar por concluido el encierro más largo de los celebrados a lo largo y ancho del territorio taurino, los corredores que participan en esta fase del encierro ya suelen repetir todos los años.