GAS RADÓN: EL ASESINO SILENCIOSO QUE MATA A 1.500 PERSONAS AL AÑO EN ESPAÑA

El gas radón causa 1.500 muertes al año en España y, pese a que la Unión Europea obliga a implantar medidas concretas para prevenir su presencia en las construcciones, el Gobierno sigue sin adaptar la normativa.
Todos los países de la UE tienen la obligación de disponer de un Plan Nacional contra el Radón según una directiva comunitaria, y el plazo para implantarlo terminó hace ahora cuatro años. España ya fue expedientada por Bruselas en 2019 por no trasponer dicha directiva y, de seguir el incumplimiento, puede acabar con una denuncia ante el Tribunal de Justicia de la UE, según la plataforma ciudadana Vive Sin Radón.
El radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco y está clasificado por la OMS como carcinógeno humano desde hace ya 34 años. Se trata de un gas radiactivo que se filtra en viviendas y centros de trabajo a través del subsuelo y está especialmente presente en zonas como Galicia, Extremadura o la sierra de Madrid.
España debería tener una normativa que proteja la salud de los ciudadanos de los efectos nocivos del gas radón y esa normativa tenía que estar promulgada antes del 6 de febrero de 2018, fecha tope establecida por la Directiva 59/2013/EURATOM para todos los países de la Unión Europea.
En estos días se cumplen cuatro años de esa fecha límite y, según denuncia desde Vivesinradon.org su responsable, José Miguel Rodríguez, "es urgente hacer algo al respecto, porque se trata de un problema de salud pública que puede tener consecuencias graves para las personas expuestas pero que, sin embargo, es totalmente y fácilmente evitable".
La Directiva 59/2013/EURATOM señala la obligación de los estados miembros de medir y controlar el radón en viviendas, colegios, edificios públicos, lugares de trabajo y otras dependencias públicas.
También obliga a las administraciones a informar a los ciudadanos, tanto a nivel local como nacional, respecto a la exposición al radón en recintos cerrados y a los riesgos asociados para la salud, así como sobre la importancia de efectuar medidas antirradón y sobre los medios técnicos disponibles para reducir las concentraciones de gas.
"Nada de eso está ocurriendo por ahora. En consecuencia, la mayoría de la población desconoce la existencia de este gas y sus implicaciones en la salud, e ignora si está presente en su vivienda u oficina", subraya Rodríguez.