EL PARQUE NATURAL DEL BARRANCO DEL RÍO DULCE, TODO UN ESPECTÁCULO DE LA NATURALEZA

Entre bosques de encina y quejigo, de sabinas y enebros, de sauces y chopos y con la presencia de buitres leonados, águilas reales, halcones peregrinos y chovas pequirrojas, encontramos uno de los mayores espectáculos de la naturaleza que ofrece la provincia de Guadalajara. Es el Parque Natural del Barranco del río Dulce.
Su importancia ambiental característica se deriva de un proceso geológico relevante: la excavación por el río de un profundo cañón en potentes estratos de calizas. Durante el periodo del Secundario, Jurásico y Cretácico la zona estuvo frecuentemente cubierta por mares que depositaron las calizas que ahora se observan. En el Terciario se produjo la fractura y plegamiento de estos sedimentos y más recientemente, en el Cuaternario, el río Dulce ha ido disolviendo las calizas y excavando el cañón actual que se manifiesta a través de las típicas formas de este sistema geomorfológico: ciudades encantadas, lapiaces, cuevas, simas, torcas, dolinas o edificios tobáceos que se pueden observar con toda claridad en el meandro abandonado de La Cabrera. El resultado es un relieve muy llamativo que se compone de parameras amplias y altas, interrumpidas por el corte del cañón del río Dulce, y también de sus afluentes, que dan lugar a cascadas estacionales.
¿Qué veremos?
Los paisajes formados por sus bosques y los tres pueblos de su recorrido nos dejarán un magnífico recuerdo. Los bosques que cubren este Parque Natural se componen fundamentalmente de encina y de quejigo, con mayor o menor espesura y altura en función del secular aprovechamiento de pastos y leñas. Donde el suelo escasea surgen las sabinas y los enebros. La mayor parte del área potencial del bosque en galería fluvial del río Dulce se encuentra actualmente ocupada por huertos o plantaciones productoras de chopo. Localmente aparecen rodales de este bosque bien conservado con chopos o
El ambiente nemoroso del cañón facilita la presencia de especies propias de ambientes más norteños, como los arces y guillomos. Entre los roquedos de las paredes del barranco podemos avistar buitres leonados, águilas reales, halcones peregrinos y chovas pequirrojas. En las riberas garzas y ánades reales, el martín pescador y la lavandera cascadeña.
El disfrute de los recursos naturales del Parque se puede completar con los proporcionados por el patrimonio cultural, destacando el conjunto histórico de la cercana Sigüenza. El Románico está representado por las preciosas iglesias de Jodra, Saúca y Pelegrina, contando ésta última con un maravilloso castillo.
Nueva infraestructura
El Parque Natural del Barranco del Río Dulce ha mejorado recientemente sus infraestructuras con un nuevo aparcamiento y rutas senderistas. El Gobierno de Castilla-La Mancha ha invertido más de 50.000 euros para mejorar el acceso y la protección de este espacio natural, impulsando el turismo activo de naturaleza en este espacio que tan sólo el año pasado recibió a casi 8.000 visitantes. Junto al aparcamiento, también se ha construido una senda peatonal para acceder al pueblo a pie de 600 metros de longitud.