DE CUANDO LOS POLÍTICOS TRABAJABAN EN GENERAL PARA SUS CIUDADANOS, A CUANDO SOLO PARECE QUE TRABAJAN PARA MANTENERSE EN EL PODER

En los primeros años de la democracia, los políticos, trabajaban para solucionar los problemas de los ciudadanos y mejorar la sociedad. Hubo un fuerte énfasis en la resolución de problemas y la construcción de una sociedad mejor para todos. Los políticos trabajaron para garantizar que los ciudadanos estuvieran seguros y preparados para cualquier amenaza democrática, económica, etc. Este enfoque en el servicio público y la construcción de la comunidad fue esencial para el éxito del sistema político y el bienestar de los ciudadanos a los que servía.
Durante este tiempo, hubo muchos líderes que se dedicaron a servir a sus conciudadanos, estos políticos estaban comprometidos a mejorar la vida de sus electores y trabajar por el bien común.
Esto fue evidente en las reformas políticas de la transición, que buscaban abordar problemas sociales y económicos y mejorar la sociedad. Dichos líderes fueron cruciales para el éxito del sistema político, ya que trabajaron para garantizar que se cumplieran las necesidades de la gente y que la sociedad en su conjunto avanzara.
Con el tiempo, sin embargo, el enfoque de la política pasó, poco a poco, de servir al pueblo a buscar como permanecer en el poder sus dirigentes. Este cambio se caracterizó por alejarse de las necesidades de la comunidad y la resolución de sus problemas hacia un enfoque en las maniobras políticas para su interés propio.
Por ejemplo, este pensamiento se puede deducir por las medidas de austeridad adoptadas por los gobiernos en respuesta a las recesiones económicas sufridas, así como en la respuesta de los gobiernos a cuestiones como las desigualdades cada vez mayores de la sociedad.
Como resultado, el sistema político se ha vuelto cada vez más desconectado de las necesidades de las personas a las que debe servir, lo que lleva a una disminución de la confianza pública y una creciente sensación de desilusión con la política.
La desilusión con el proceso político ha llevado a muchas personas a pedir reformas y volver a centrarse en atender las necesidades reales de la gente. Esto incluye impulsar una mayor transparencia en la gestión de la clase política para acabar con la cada vez mayor corrupción en la gestión de los gobiernos.
También
implica la necesidad de que los políticos prioricen las necesidades
de sus gobernados, sobre sus propios intereses personales. Este cambio
hacia una cultura política más orientada al servicio público, es esencial
para restaurar la confianza perdida en la clase política y en las instituciones
democráticas y garantizar que los políticos rindan cuentas por sus
acciones.