BRIHUEGA ROLLO O PICOTA?

El rollo es una columna de piedra, ordinariamente rematada por una cruz o una bola. Aunque se suele llamar picota a todas las columnas de este tipo, algunas de ellas son de más categoría y se denominan rollos. También los cruceros son similares a los rollos, pero su significado es distinto.
El
rollo representaba la categoría administrativa del lugar,
levantándose solo en los villazgos que tenían plena jurisdicción,
indicando el régimen al que estaba sometido: señorío real,
concejil, eclesiástico o monástico, además marcaba el límite
territorial y, en ciertos casos, era un monumento conmemorativo de la
concesión del villazgo. Compartían con las picotas las funciones de
ajusticiamientos. Estos ajusticiamientos fueron suspendidos por
decreto de las Cortes de Cádiz en 1812.
Los
hay en aquellos pueblos de Castilla que tenían alcalde y, por lo
tanto, jurisdicción para juzgar y condenar a muerte. Servía además
para castigar y pagar las penas menores de los delincuentes comunes,
que tras ser azotados, eran expuestos a pública vergüenza.
Durante
la conquista de América, el primer acto de fundación de una ciudad
consistía en la erección del rollo, como símbolo de jurisdicción
real y como signo de amenaza coercitiva.
Las
picotas son columnas, que la principio podían ser de madera, de
piedra más o menos ornamentadas, sobre las que se exponían los reos
y las cabezas o cuerpos de los ajusticiados por la autoridad civil.
La pena de exhibición en la picota aparece ya legislada en el siglo
XIII, en el libro de Las Partidas, de Alfonso X, considerándose la
última de las penas leves a los delincuentes para su deshonra y
castigo.
La
mayoría de las picotas fueron construidas durante los siglos XVI y
XVII, debido a las exenciones otorgadas a los lugares que hicieron
aportaciones económicas a la Corona para sufragar los cuantiosos
gastos de la guerra.
De
la documentación sobre picotas
y
rollos,
escrita en siglos pasados y que ha sobrevivido a devastadores saqueos
e incendios de archivos municipales, cabe decir que rollo y picota no
eran lo mismo. La una se acerca al otro, y viceversa, tanto en su
forma como en su cometido, lo cual, sin embargo, no es suficiente
motivo para tratarlos como sinónimos.
El
rollo trasciende a la picota en dos cosas: en su ornamentación y en
su significado, pero es este el que marca realmente la diferencia,
porque el rollo simbolizó, hasta bien entrado el siglo XIX,
prerrogativas que la picota no representaba por sí misma como la de
levantarlos solo en los villazgos que tenían plena jurisdicción,
Por
lo que podríamos calificar el monolito de Brihuega como rollo y que
fue construido
en el S. XVI de granito tallado, consta de un fuste alto y
cilíndrico, apoyado sobre un bloque también de granito, este
monumento fue señal durante muchos siglos de que Brihuega tenía el
carácter de villa y no el de aldea.
Cuando las Cortes de Cádiz decretaron su abolición y derribo de rollos y picotas en 1811 y 1813 respectivamente, no faltaron iniciativas comunales de transformar el rollo y la picota en cruceros, librándolos así de la demolición. Persistencia que propició el equívoco que ha perdurado hasta nuestros días de homologar visual y conceptualmente, rollo, picota y crucero.