BRIHUEGA EXPORTA EL MODELO DE TURISMO APOYADO EN LOS CAMPOS DE LAVANDA, A OTROS MUNICIPIOS ESPAÑOLES

01.04.2023

Los municipios de Tiedra, El Romeral, Olite, Moratalla, y El Pobo, entre otros, son municipios que están empezando a copiar el modelo de desarrollo turístico de Brihuega.

Aromática y vistosa, la flor de la lavanda o espliego es apreciada desde antiguo por sus propiedades curativas, desde cicatrizar heridas hasta el alivio del insomnio y las migrañas. Pero, por muy bonitos que sean los saquitos, jabones y tarros con esencia, nada iguala el espectáculo de contemplar un campo de lavanda en flor. La buena noticia es que no es necesario viajar hasta la Provenza francesa para admirar esos mares color violeta que ondean cuando sopla el viento.

Sin lugar a dudas, es Brihuega, el modelo a seguir, a mediados de julio celebra su Festival de la Lavanda, pasear por los campos es una actividad libre pero, resulta mucho más interesante apuntarse a algunas de las rutas guiadas que salen los viernes, sábados y domingos, del mes de julio.

Además de describir los diversos usos de la flor (perfumes, aromas, cremas, esencias, miel...), los guías explican que la variedad que se cultiva es el lavandín (Lavandula híbrida), un híbrido de lavanda (Lavanda angustifolia) y espliego (Lavanda latifolia) que produce unas espigas más largas y de un violeta intenso. En la Península Ibérica crecen hasta ocho especies del género lavándula, y solo se cultivan cuatro.

Hay otro lugar castellanomanchego donde ver campos de espliego: El Romeral, en Toledo. Allí la plantación Lavanda en Flor organiza rutas guiadas que incluyen la visita de un molino y la posibilidad de probar o comprar la miel de lavanda que se elabora en la misma finca. Incluso se ofrecen paseos nocturnos para ver las estrellas desde los campos.

Castilla y León también tiene sus propios campos de lavanda: uno en San Felices (Soria) y otro en Tiedra (Valladolid). Este último cuenta con un centro de interpretación junto a la destilería que permite descubrir a fondo todo lo referente al cultivo y los usos de esta planta desde su introducción en 2006. Se organizan charlas, demostraciones, talleres de elaboración de jabones y, claro, rutas por los campos.

El palacio medieval de Olite, en Navarra, no solo se asoma a viñedos, sino también a campos de girasoles y de lavanda, aunque para ver estos últimos haya que alejarse unos kilómetros.

Al llegar el mes de julio, la sierra de El Pobo (Teruel) se tiñe del violeta del espliego. A 1400 m de altitud, el color de las flores es más intenso y el contraste con los montes del entorno, más chocante. La plantación pertenece a la Fundación Térvalis y forma parte de uno de sus proyectos para la creación de empleo de sectores en riesgo de exclusión.

Por último, en el municipio de Moratalla (Murcia) es uno de los enclaves más meridionales de España donde se cultiva lo que los franceses llaman pomposamente "oro azul". Los campos se extienden en las pedanías del Campo de San Juan y de Béjar.